Inicio | Meletea Libros Centro de Arte y Pensamiento  Contratiempo Ediciones  Números Publicados  |  Contacto



 

Pandemia y Política

Progrefascismo y resistencia

 

 

 

 
 

Las medidas de confinamiento que están tomando algunos países europeos para enfrentar el rebrote del covid, como Francia, Italia, Alemania y España, anticipan insurgencias. Volvió el frío en el norte, la neumonía y la gripe atacan como siempre a las poblaciones mayores y vulnerables. Pero ahora, renombradas y convertidas en show mediático, sirven para el ascenso de diversos autoritarismos y variadas formas de dictadura. Quedan excluidos los países del primerísimo mundo, donde por el momento no asoma la posibilidad de las prohibiciones, solo recomendaciones y alguna cuarentena para los turistas. Ya lo decíamos en notas anteriores, el miedo perdió efecto, se nota en las calles, en las protestas masivas, en las reuniones sin disimulo de las fiestas clandestinas, hasta en el hartazgo en el uso del barbijo. Crece también la desconfianza hacia los medios de comunicación y sobre todo, hacia los gobernantes: controlar a las poblaciones requerirá de represión y de una serie de protocolos indispensables para el desplazamiento, como en España, donde ya no se necesitarán órdenes judiciales para actuar contra los desobedientes. Aquí, mientras dure el verano, y se incentive aquel "odiado turismo" que nos trajo la peste, tal vez prosigan las aperturas. Pero el gobierno de los Fernández ya anda vaticinando la supresión de las PASO debido al oportuno virus (y a la crisis, claro está): nada raro, la derrota que teme actuará de la misma forma que en 2019, pero en sentido inverso. En marzo estaremos encerrados de nuevo: volverán las conferencias de prensa, las filminas, la sensiblería del tipo “vida vs. economía”, etc., nadie se rebajará el sueldo, sumado a que tendremos una devaluación histórica y un ajuste tarifario que lanzará a la pobreza a más argentinos (ya hay casi 20 millones en esa situación). El problema con esta dictadura sanitaria es que es insostenible en sus mismos enunciados: se desconoce el número de contagiados en el mundo (cifra fundamental, porque si llegara a ser el triple o cuádruple de lo publicado, la letalidad bajaría a niveles absurdos). No se sabe tampoco a ciencia cierta si se trata de coronavirus o de otra enfermedad, el vaciamiento del sistema sanitario fue global. No hay recursos, materiales ni humanos, para comprobar si esos millones de infectados son tales. Hay que recordar que, según la OMS, en 2017 murieron 2.500.000 personas  por neumonía en todo el mundo;  32000 personas fallecieron de gripe aquí en la Argentina. Pero entonces no hubo cierres, confinamientos ni terrorismo mediático que fogoneara los ánimos, saturara los sistemas de salud y colaborara activamente con esta represión. La pandemia está pensada a medida de cada déspota y de cada tipo de despotismo (más allá de los negociados farmacéuticos y de las corporaciones digitales): encerrar sociedades díscolas, controlar a las poblaciones, boicotear líderes “antisistema” y sobre todo, llevarse puestos a todos los demás poderes en aras del “bien común”. Constituye algo así como el manotón de ahogado contra una sociedad mundial que ya no soporta a sus gobernantes. Es, sin dudas, un virus vengativo. Pero ninguna restricción sirvió, sirve ni servirá para controlar al mismo. Y eso lo saben estos tiranos, que cambiaron de uniforme, se dejaron de lado las botas por los guardapolvos blancos. La revuelta, la insurgencia, las protestas masivas y pacíficas, son las únicas herramientas con las que cuentan los pueblos. La historia lo ha demostrado. Será necesario volver a leerla.

Noviembre 2020

 

Para seguir con el tema:

CAPITALISMO, MOLICIE E INSURGENCIA

 
 
 
 

 

© 2000-2020 Revista Contratiempo | Buenos Aires | Argentina | ISSN 1667-8370
Directora Zenda Liendivit

Las notas, artículos, ensayos y fotos que integran tanto la versión digital como los números impresos de Revista Contratiempo pueden 
ser reproducidos en cualquier medio (digital o impreso) siempre que  se citen la fuente y el autor.